Con la llegada del frío, es importante equipar nuestro hogar con sistemas de calefacción que sean eficientes y nos ofrezcan una temperatura agradable con un calor de calidad.

Para ello vamos a analizar los tipos de calefacción para casa más utilizados en Cáceres, para que podáis conocer cuál es el que mejor se adapta a vuestras necesidades.

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Instalar calefacción en una vivienda o local, es un paso importante. El desembolso económico que hay que hacer, es grande, por lo que debes confiar la instalación solo a empresas certificadas que te aseguren una obra limpia, rápida y segura.

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Principales tipos de calefacción para una vivienda

En total podemos distinguir 11 grandes clasificaciones relacionadas con los distintos tipos de calefacción para casa, teniendo cada una de ellas diferentes opciones entre las que elegir.

Tipos de sistemas de calefacción

Calefacción con biomasa

Se trata de un sistema de calefacción de elevada eficiencia y de un uso más ecológico, ya que utiliza biomasa para alimentar el sistema.

Básicamente es una caldera que se alimenta de diferentes formas, procediendo así a calentar el fluido que se distribuirá a lo largo de toda la instalación:

  • Caldera de astillas: aprovecha las astillas procedentes del reciclado de muebles y del desbroce agrícola.
  • Caldera de cáscaras de frutos secos: utiliza cáscaras de nueces, almendras y frutos secos variados.
  • Caldera de hueso de aceituna: permite aprovechar los huesos desechados tras el procesado de la aceituna.
  • Caldera de leña: caldera que utiliza leña para calentar, siendo el sistema más tradicional y también uno de los más efectivos, pero poco recomendable para ciudades.
  • Caldera de orujo: se utilizan los restos del prensado de la aceituna tras obtener el aceite, lo que incluye hueso, pulpa y piel triturados.
  • Caldera de pellets: se trata de biomasa procesada que incluye virutas de madera, serrín, astillas y otros restos.

Calefacción con bomba de calor

Se trata de un sistema de calefacción que incorpora una bomba de calor que comprime el gas refrigerante interno del circuito con el objetivo de cambiar su estado de líquido a gaseoso e inversa.

Su funcionamiento se basa en absorber el calor de zonas frías como por ejemplo el aire exterior, para trasladarlo al interior de la vivienda.

  • Bomba de calor aire-aire: son los tradicionales aparatos de aire acondicionado y calefacción. Si necesitas una empresa instaladora de A/C en Cáceres, contacta con nosotros.
  • Bomba de calor de aerotermia: permite aprovechar el calor del aire exterior, lo que reduce de manera muy significativa el consumo energético.
  • Bomba de calor de geotermia: se trata de un sistema que tiene como objetivo el de intercambiar el calor entre la superficie y la corteza de la Tierra. Esto permite que cuando la superficie está más fría, se pueda extraer calor de las capas profundas, mientras que si la superficie está más caliente, se puede trasladar el calor a las capas más profundas que estarán más frías.
  • Bomba de calor hidrónica: pueden ser de tipo agua-agua o de tipo agua-aire, y permiten aprovechar las acumulaciones de calor ya sea en el agua o en el aire para transportarlas mediante un fluido a las estancias.

Calefacción con caldera de condensación

Este tipo de caldera tiene un funcionamiento similar al resto de calderas, pero con la particularidad de que consigue aprovechar el calor que se genera cuando el vapor de agua se enfría, mientras que las calderas tradicionales lo expulsan a una temperatura que puede alcanzar los 150 °C, lo que supondría una pérdida importante.

Estas calderas permiten ahorrar hasta un 30% de energía, con un rendimiento energético de hasta el 109,8% y con la particularidad de que es un sistema muy silencioso.

Calefacción con caldera de gas

Se trata de depósitos en los que se calienta ya sea aire o un fluido mediante gas, pudiendo funcionar de diferentes formas en función de la tecnología:

  • Caldera de gas atmosférica: absorben el aire de la estancia para calentarlo, siendo un modelo que ya no se utiliza debido a que consumió una gran cantidad de oxígeno de la misma estancia con el peligro que ello conlleva.
  • Caldera de gas estanca: coge el aire del exterior para calentarlo y verterlo en el interior, logrando así una mayor eficiencia y la máxima seguridad, puesto que no consumen oxígeno de la estancia como ocurría con los modelos atmosféricos. Tiene una segunda chimenea a través de la cual vierte los humos.
  • Caldera de gas de bajo NOx: son calderas estancas que reducen de manera muy significativa la emisión de gases nocivos.
  • Caldera de gas de condensación: son el tipo de caldera de gas más eficiente, ya que permite ahorrar hasta un 30% de gas. Funcionan con propano o gas natural, y tiene la capacidad de aprovechar el calor del humo producido a partir de la combustión.

Calefacción con caldera eléctrica

Se trata de un sistema de calefacción que utiliza una caldera alimentada mediante electricidad.

Dispone de programador, termostato y bomba aceleradora que permite introducir el agua fría al depósito donde se calentará, tras lo cual, la misma se extenderá por un circuito para realizar el intercambio de calor con las estancias.

Son calderas muy seguras y no precisan de combustión, por lo que no producen humos ni olores.

Su rendimiento es de aproximadamente el 95%, y ofrece un funcionamiento muy cómodo y sin prácticamente mantenimiento, pero con la particularidad de que consumen bastante energía eléctrica.

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Calefacción con calderas de gasoil

Se trata del concepto de caldera original, de gran durabilidad y una muy buena eficiencia en la actualidad, el cual básicamente se encarga de calentar agua y repartirla por un circuito con radiadores.

Se puede configurar para calefacción y también para calentar agua caliente sanitaria, presentándose en tres tecnologías diferentes que son:

  • Caldera de gasoil estándar: se trata del modelo más tradicional, el cual ya no se fabrica por ser muy contaminante y tener un elevado consumo.
  • Caldera de gasoil de condensación: es la evolución de la caldera estándar, y en esta ocasión aprovecha la temperatura del humo procedente de la combustión con lo que consigue pre calentar el agua que vuelve a la caldera tras pasar por los radiadores, lo que hace que se aproveche el calor y, a su vez, la caldera tenga que trabajar menos puesto que le entra agua más caliente.
  • Caldera de gasoil a baja temperatura: permite modular la llama del quemador para ajustarse a la demanda, lo que puede ayudar a ahorrar hasta un 40% de combustible.

Calefacción con emisores térmicos

Se trata de un sistema de calefacción eléctrico que calienta de la misma forma que hace el sol, es decir, aumenta la temperatura de su cuerpo para ir irradiando calor que siga extendiendo lentamente pero de manera eficiente por toda la estancia.

Se puede presentar en tres modelos diferentes:

  • Emisores térmicos cerámicos: es el modelo más eficiente, aunque tarda más tiempo en alcanzar la temperatura elegida.
  • Emisores térmicos de aluminio: calientan con gran rapidez, aunque retienen el calor menos tiempo.
  • Emisores térmicos de fluido: utiliza un fluido que permite repartir el calor. Tardan algo más en calentarse pero pueden conservar el calor hasta ocho horas.

Entre sus principales ventajas podemos destacar el hecho de que es un sistema más eficiente puesto que reduce el consumo de energía, además de que no emite humos y gases, mientras que consigue un reparto del calor gradual y muy agradable.

Calefacción con estufas

En la actualidad existen diferentes modelos de estufas, cada una de ellas con un funcionamiento particular, pero con un principio común que es el de quemar un determinado combustible y transmitir el calor mediante radiación (se calienta el aparato y el calor se va difundiendo) o por convección (un ventilador impulsará el aire caliente a la estancia, logrando calentar más rápidamente).

  • Estufas de aceite: son estufas en cuyo circuito interior utilizan como fluido un aceite, el cual se calienta con una resistencia, lo que hace que el calor pase a la estructura de la estufa y se vaya extendiendo por la estancia.
  • Estufas de biomasa: son las estufas que se alimentan de materia orgánica procedente de cultivos y limpieza de bosques. Similares a las estufas de pellets aunque con el combustible ligeramente más caro.
  • Estufas de butano o propano: se trata de una estufa que incorpora un quemador donde se dirige el gas para realizar la combustión con oxígeno, generando a cambio calor, vapor de agua y dióxido de carbono. Generalmente no superan la potencia de 4500 W.
  • Estufas de gas catalíticas: son estufas que funcionan mediante radiación térmica, por lo que no precisan de quemador. No tienen mucha potencia, por lo que generalmente no se recomiendan para espacios de más de 30 m². Tampoco generan llama, por lo que son más seguras.
  • Estufas de leña: es el tipo de estufa más tradicional que, en la actualidad, ha evolucionado de manera muy significativa, existiendo modelos incluso de triple combustión, que permiten aprovechar al máximo el calor del humo generado en la combustión para calentar la estancia, lo que hace que apenas necesiten leña para ofrecer un calor de gran calidad y para toda la vivienda. Sin embargo, precisan de leña para funcionar, algo que puede resultar complicado sobre todo si vivimos en ciudades.
  • Estufas de pellets: son estufas con una fantástica relación calidad precio y un combustible muy económico como el que procede del aprovechamiento de restos orgánicos como los obtenidos a partir de la limpieza de bosques, cultivos, etcétera. Tienen un tamaño grande, y una gran capacidad para calentar viviendas enteras, siendo considerada como una solución más ecológica.
  • Estufas eléctricas: se trata de una estufa barata que emite calor por convección. Son muy seguras y no emiten gases y humos, pero no suelen ser muy potentes y necesitan electricidad para funcionar, un tipo de energía que a día de hoy tiene un precio elevado.
  • Estufas halógenas: funcionan mediante radiación a través de una resistencia eléctrica, pudiendo alcanzar potencias de como mucho unos 1600 W. Son recomendables para estancias de 10 m² como mucho, caracterizándose por consumir menos que las estufas de cuarzo.

Calefacción con infrarrojos

Es un sistema de calefacción que funciona mediante radiación electromagnética y térmica.

Emite una radiación determinada que tiene la capacidad de calentar los objetos que se encuentran en la estancia, es decir, en lugar de calentar el aire de la habitación, calienta las paredes, los suelos, los muebles e incluso directamente a las personas.

Dicha radiación es completamente segura, además de que es un sistema que ofrece una muy buena eficiencia, lo que le permite ahorrar hasta el 70% del consumo de energía con respecto a otras alternativas eléctricas.

No se realiza ningún tipo de combustión, por lo que no se producen humos ni gases tóxicos.

Calefacción con radiadores

Los radiadores son sistemas que permiten calentar una estancia mediante radiación, es decir, el objetivo es el de utilizar una tecnología que permita calentar el fluido interno, el cual pasará el calor a la estructura del radiador, y posteriormente se difundirá por la estancia calentando el aire.

Existen diferentes tipos de radiadores:

  • Radiadores de aceite: se enchufan a la red eléctrica y en su interior tienen aceite como fluido caloportador, el cual se calienta, pasa a la estructura del radiador y se extiende a la estancia. No requieren de instalación, no producen humos y olores, son fáciles de transportar, generan calor por radiación y ahorran energía, pero tardan bastante tiempo en calentarse y están pensados para estancias pequeñas.
  • Radiadores de agua: estos radiadores funcionan con agua como fluido caloportador, y necesitan de una caldera que será la que se encargará de calentar dicha agua y hacerla circular por las tuberías. Tienen un consumo reducido y calientan con rapidez, pero pierde mucho calor en su recorrido.
  • Radiadores eléctricos: funcionan de manera autónoma, ya que calientan el fluido por sí mismos y sin la necesidad de una caldera. Tan sólo hay que enchufarlos a la red eléctrica, sin instalaciones. No generan gases, humos u olores y tampoco precisan de una combustión por lo que ofrecen un calor más limpio. Sin embargo, funcionan con electricidad, por lo que el coste por uso es algo más elevado. Se presentan con diferentes modelos:
  • Convectores eléctricos: calientan el aire mediante convección, utilizando un sistema que impulsa el aire a través de una resistencia. Tienen un consumo bastante elevado, y se recomiendan para estancias pequeñas que se quieren calentar con rapidez y donde no vamos a permanecer demasiado tiempo como por ejemplo para el baño.
  • Radiadores acumuladores eléctricos: son radiadores que tienen la capacidad de acumular calor, de manera que están especialmente pensados para los hogares donde hay discriminación horaria. Lo que hacen es acumular el calor durante las horas más baratas, de manera que poco a poco irá liberando el mismo durante las horas con la electricidad más cara.
  • Radiadores eléctricos con fluido caloportador: son radiadores en cuyo interior llevan un fluido, el cual será el que se caliente para a continuación traspasar el calor a la estructura del radiador y, posteriormente, a la estancia.
  • Radiadores eléctricos de bajo consumo: son conocidos como radiadores de calor azul, similares a los radiadores de aceite. Ofrecen la posibilidad de programar los, y funcionan calentando el aceite a través de una resistencia. Tardan bastante en calentar la estancia, por lo que no se recomienda para ciclos de menos de cinco horas.
  • Radiadores eléctricos de tecnología seca: incorporan una resistencia eléctrica que calienta directamente el cuerpo del radiador que será de mica o de aluminio. Se calientan con gran rapidez pero también se enfría en nada más apagarlos.
  • Radiadores eléctricos por infrarrojos: funcionan mediante radiación, calentando el cuerpo del radiador y pasando dicho calor a la estancia. No resecan el ambiente, ocupan poco espacio al tener forma de panel, se pueden instalar incluso en los techos y apenas pesan.

Calefacción con suelo radiante

Se trata de un sistema de calefacción que se desarrolla a partir de una red de tuberías que se encuentra ubicada bajo el suelo y sobre un panel aislante.

El suelo radiante, combinado junto con un sistema de aerotermia y paneles solares fotovoltaicos, es una de las formas más eficientes para mantener la temperatura ideal de una vivienda durante todo el año.

Por estas tuberías circula agua que pasa por una fuente de calor que generalmente será una caldera de baja temperatura (hasta 40 °C como mucho), especialmente diseñada para este tipo de instalaciones.

Al distribuirse el agua caliente por toda la superficie, se aprovecha la tendencia del calor a subir para conseguir calefactar las estancias desde abajo.

Estos sistemas también se pueden utilizar para enfriar estancias.

Su consumo es muy reducido, permite incorporar energías renovables como sistemas térmicos, aerotermia o geotermia, está escondido y no ocupa espacio y resulta verdaderamente confortable.

En ASEMIET, contamos con la mayor red de instaladores de suelo radiante en Cáceres capital y resto de poblaciones de la provincia cacereña.