Generalmente, es debido al exceso de aire en los conductos del sistema y en los propios radiadores.

Esto es habitual sobre todo con los sistemas de calefacción nuevos, y para solucionarlo, tan sólo hay que purgar el aire de los radiadores.

Esta suele ser la principal causa, pero si tras purgar el aire no se soluciona el problema, lo más recomendable es que te pongas en manos de un técnico autorizado para que haga una inspección y encuentre la avería lo antes posible.